24 may 2019

133.- Arévalo "La Eutanasia"





Cuando escribo este tema estamos en plena campaña electoral; y en estos días ha surgido un caso de todos conocidos por el impacto de prensa, TV y en general en todos los medios de comunicación; la muerte María José Carrasco y la detención de Ángel Hernández su marido tras haberla asistido en sus últimos momentos.
No quiero entrar en el dialogo triste, patético y conmovedor del dialogo que sostuvieron el matrimonio antes de consumarse los hechos; porque además de desgarrador pone los pelos de punta como podríamos comentar en una conversación entre amigos o familiares, pero el hecho está ahí y quiero comentarlo desde un punto de vista neutral, no siempre podemos ser ecuánimes, al no hallarnos en esa situación, en la que, de encontrarnos, quizás, no pensaríamos igual. 
Lo que, si es verdad, es que la decisión tanto del marido como de la enferma estaba bien calculada. Hay que tener en cuenta y así lo creo; que actuaron de buena fe ante la gran responsabilidad de ayudar en unos minutos a morir a una persona con la que has convivido; y en menos de unos segundos, pasar de la vida a la muerte. El cambio que supone en la vida de la persona que se queda, es francamente muy versátil. Ahora vendrá la soledad, los cruces de pensamiento, la responsabilidad, penal y moral para él, de un hecho, que sin duda le va afectar mientras viva. 
Pero cuando llega el momento, de que ni siquiera los cuidados paliativos pueden cubrir el sufrimiento físico, mental y moral de estos pacientes. Creo que hay que hacer algo. No podemos dejar que se mueran de cualquier manera, a escondidas, solos. No es digno.   
No hay nada más generoso que dejar que la persona que amas, se libere de un sufrimiento para el que no hay remedio, siempre y cuando la medicina haya hecho todo lo que está en su mano para evitarlo: es un acto de amor: que puede resultar balsámico para los familiares, a los que, sin duda, ya están muy afectados por la enfermedad de larga duración.  Es posible, que el enfermo este sufriendo tanto por su enfermedad, como por los sufrimientos que está causando a sus familiares.
Lo de crear una ley, más o menos ética, sobre la eutanasia, eso se lo dejo a los políticos y científicos que expongas sus razonamientos y lo dejen plasmado en ley que, con el tiempo, parece que puede ser aceptada por la mayoría.



                                                          Arévalo





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