133.- Arévalo "La Eutanasia"
Cuando escribo este tema estamos en
plena campaña electoral; y en estos días ha surgido un caso de todos conocidos
por el impacto de prensa, TV y en general en todos los medios de comunicación; la muerte María José Carrasco y la detención
de Ángel Hernández su marido tras haberla asistido en sus últimos momentos.
No quiero
entrar en el dialogo triste, patético y conmovedor del dialogo que sostuvieron
el matrimonio antes de consumarse los hechos; porque además de desgarrador pone
los pelos de punta como podríamos comentar en una conversación entre amigos o
familiares, pero el hecho está ahí y quiero comentarlo desde un punto de vista
neutral, no siempre podemos ser ecuánimes, al no hallarnos en esa situación, en
la que, de encontrarnos, quizás, no pensaríamos igual.
Lo que, si
es verdad, es que la decisión tanto del marido como de la enferma estaba bien
calculada. Hay que tener en cuenta y así lo creo; que actuaron de buena fe ante
la gran responsabilidad de ayudar en unos minutos a morir a una persona con la
que has convivido; y en menos de unos segundos, pasar de la vida a la muerte.
El cambio que supone en la vida de la persona que se queda, es francamente muy
versátil. Ahora vendrá la soledad, los cruces de pensamiento, la
responsabilidad, penal y moral para él, de un hecho, que sin duda le va afectar
mientras viva.
Pero cuando
llega el momento, de que ni siquiera los cuidados
paliativos pueden cubrir el sufrimiento físico, mental y moral de estos
pacientes. Creo que hay que hacer algo. No podemos dejar que se mueran de cualquier manera, a
escondidas, solos. No es digno.
No hay nada más generoso que dejar que la
persona que amas, se libere de un sufrimiento para el que no hay remedio,
siempre y cuando la medicina haya hecho todo lo que está en su mano para
evitarlo: es un acto de amor: que
puede resultar balsámico para los familiares, a los que, sin duda, ya están muy
afectados por la enfermedad de larga duración.
Es posible, que el enfermo este sufriendo tanto por su enfermedad, como
por los sufrimientos que está causando a sus familiares.
Lo de crear una ley, más o menos ética,
sobre la eutanasia, eso se lo dejo a los políticos y científicos que expongas
sus razonamientos y lo dejen plasmado en ley que, con el tiempo, parece que
puede ser aceptada por la mayoría.
Arévalo
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