Una hormiga recorre la piel de mi pierna entre la selva que constituye para ella el vello de aquella, siento un agradable cosquilleo que enturbia mi sueño. Tumbado a la sombra de la Alameda del arroyo de la Fresneda, con el monótono sonido de las cigarras y el tintineo suave de las hojas de los álamos, halló la paz deseada.
De vez en cuando una gota de savia cae sobre mi hombro desde una herida presente en el leño del álamo. Observo pasar las algodonosas nubes que evolucionan en sus formas según navegan por los cielos, ahora parecen la cabeza de un mamuts, luego un yunque de la fragua.
Las cigarras interrumpen su concierto, un avión supersónico cruza el cielo y llena de un sórdido ruido la atmósfera, dejando a su vez una estela blanquecina que se difumina entre las algodonosas nubes, el otro día leí en la prensa que ahora en estos primeros días de julio es cuando más tráfico aéreo se produce: hasta 200000 vuelos diarios.
Síndrome del viajero empedernido o del tiempo que se escapa entre los sueños, síndrome de la inmortalidad viajera.
Viajan las nubes, viaja el agua del arroyo, viaja el viento y lleva consigo las minúsculas semillas de las orquídeas, viajan los sueños, viajan los gritos y viajan los lamentos, viaja el tiempo y viaja la tierra, viajan mis pensamientos, viaja la ira, viaja esa canción lanzada al viento, viajan las ardillas y las áureas oropendolas, viajan las mariposas con ellas.
Viaja la vida, la vida es un viaje, viaje largo o viaje postrero viaje lento y largo viaje... solitario viaje. Viajan los aromas, viajan las rencillas, los amores y las alegrías...¿viajas?
Viajan los días, los perros, sus amos, viajan las flores y los colores, viaja el humo y el sumo sacerdote, viaja el cántico y el ronroneo, viaja el ladrón y viaja el carcelero, viaja el rico, viaja un borrico, viaja el mar y las olas.
Viaja la luna, la tierra y el universo entero
¿Viajas?
Viaja mi mente, ahora está contigo, fuera de lo cotidiano, fuera de lo liviano, fuera de lo humano, lejos del cuerpo que lo limita...
Soñando
Volando
Viajando...
Viajan los recuerdos, los besos, los versos, los suspiros, las cartas, los calendarios, las primaveras, los holas, los adioses, los tedios, los anhelos, los dioses, las vírgenes y los orígenes, las tapsias y los lathyrus, los corazones y sus latidos.
Viaja tu bici y tú coleta, viajan en un túnel negro y obscuro, del tiempo donde habitan los ecos, los recuerdos, los amigos, tu gente, y lo vivido, vives y viajas, viajas y vives.
Javier Ayllón
