22 mar 2019

131.- Arévalo "¿Colaboran las religiones a la paz del mundo?"




A lo largo de mi vida he visto opiniones para todos los gustos, y yo quiero exponer mis dudas que las tengo sin tratar de polemizar, ni de herir sentimientos religiosos tan enraizados en nuestra sociedad que perdura a través de los siglos.
Pese a que muchos autores relacionan las religiones con la violencia y el fanatismo, existe también (sobre todo en la actualidad) un gran interés por parte de las tradiciones religiosas por un trabajo serio por la paz mundial. Sin embargo, existen posturas filosóficas que consideran que las religiones, generan actitudes fundamentalistas, fanáticas y violentas; y no voy a referirme a una concreta, porque en la mayoría de ellas según en que épocas, han actuado con conductas de las que ahora se avergüenzan y no quiero nombrar a ninguna. En algunas, la historia nos cuenta, como jefes de esas religiones reclutaban ejércitos para combatir a los que ellos consideraban infieles, para defender sus principios e imponerlos por la fuerza. 
Desde las Cruzadas en 1095 hasta hoy día, hemos visto innumerables conflictos librados en nombre de la fe. La batalla de Lepanto, un conflicto entre dos religiones; “La más alta ocasión que vieron los siglos” Según nuestro Cervantes.  Que se ventilaba la supremacía de la religión. 
A lo largo de la historia hemos podido comprobar como guerra y religión, han ido de la mano. ¿Es la religión alguna vez la causa principal de una guerra? ¿O es sencillamente un vehículo utilizado para incitar a las tropas, dividir sociedades y expoliar países? La causa original de cualquier guerra o conflicto es compleja y matizada, y a menudo hay muchos factores en juego, como el poder, ideología, dinero, territorio e identidad.
Se da la circunstancia de países como Irlanda del Norte estuvieron en guerra treinta años, conflicto entre protestantes y católicos creyentes al fin al cabo de una misma religión. Examinemos la campaña del grupo conocido como Estado Islámico (EI), que ha implicado violencia generalizada y el sacrificio de miles de inocentes, de todas las fes y ninguna, en muchas partes del mundo. Y si hablamos del islam, el odio a muerte entre chiitas y sunitas, donde no dudan en derramar la sangre para lograr sus objetivos. 
Muchas personas han llegado a la conclusión de que las religiones no solamente pueden ser democráticas sino que colaboran en la guerra, algo de esto se percibe en el libro de Josue 
Piensa en tu deber y no dudes. No hay mayor honor para un guerrero que participar en una guerra justa [2:31] (De la Torá.) Libro sagrado del judaísmo. Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra en la cual entrarás para tomarla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones (...) y Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo; no harás con ellas alianza, ni tendrás de ellas misericordia. [Deuteronomio 7:1-2] 
No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. [Mateo 10:34] Herramienta que se emplea para la guerra. No veo el lenguaje adecuado de Mateo, que no viene a traer paz. Que palabreja tan manoseada. Cuando Estados Unidos fue atacado el 11 de septiembre de 2001, el grupo culpado fue Al Qaeda y su líder Osama bin Laden, quien previamente había dicho que EE.UU. había declarado "la guerra contra Dios, su mensajero y los musulmanes" y había urgido a todos los mahometanos a "cumplir la orden de Dios de matar a los estadounidenses". 
Con la reforma protestante y la Contrarreforma católica   que originaron un terrible periodo de guerras de religión; incluida la Inquisición, tribunal eclesiástico que castigaba con crímenes horribles a los que se salían de los dogmas establecidos por las autoridades eclesiásticas con el beneplácito de las autoridades civiles. Su abolición fue aprobada en las Cortes de Cádiz en 1812 por mayoría absoluta, pero no se abolió definitivamente hasta el 15 de julio de 1834 durante la Regencia de Dª María Cristina en el inicio de reinado de Isabel II. 
En Alemania, el enfrentamiento entre príncipes católicos y protestantes terminó en un conflicto militar abierto: mientras que previamente habían estallado movimientos sociales como la guerra de los campesinos alemanes perseguidos sangrientamente por ambos bandos, con la bendición expresa tanto del Papa como de Lutero.
En conclusión, echando una mirada hacia atrás, más bien que conseguir la paz, las “religiones”, han contribuido utilizando la espada para conseguir con guerras a que la paz no llegue nunca.

Arévalo 

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