Bienvenido Javier y muchas gracias por tu colaboración, escribes muy bien. Un placer tenerte Aquí.
Desnudas pausada y lentamente tu
cuerpo cada noche...
y
siguiendo el ritual, te dejas caer suavemente sobre ella,
entreabres sus sedosos labios, te
arropas con ellos, ella te abraza,
te engulle, te envuelve, te mulle y
te besa,
te acaricia y te alivia del hoy
liviano agotamiento,
jamás la oyes quejarse, recibe tu
cuerpo y se entrega,
se adapta y se acomoda... te abraza y
te mezclas.
Sabedora como nadie de tus secretos
de alcoba
los guarda a buen recaudo...
jamás dirá palabra alguna y sus
labios serán lapida eterna.
Escucha tus gemidos, tus lamentos,
participa en tus sueños,
en tus insomnios, en tus amores y
desamores varios...
te acaricia cuando lo necesitas y se
convierte en tu enorme pañuelo.
Reconoce tu estado de ánimo,
da calor y ternura a tus días fríos,
tristes, llorosos, ahogados y amargos,
a tus añoranzas por tu compañera
ausente,
aquella que un día compartió contigo
su lecho, sus anhelos,
sus sueños, sus roces, tus goces, sus
luces, tus sombras, sus palabras, tus lamentos...
sus quejidos.
La transmites el olor de tu piel, tu
sudor y tus lágrimas,
hoy es tú amada y callada compañera.
Javier Ayllón
Buenos argumentos líricos Javier y muchos sentimientos al descubierto
ResponderEliminarGracias por tu colaboración
Un saludo
MSol
Magnífica oda. Solo es posible elogiar así a una cama si esta es buena y confortable... a ver si aprenden los de IKEA... ¡Gran trabajo!
ResponderEliminarSaludos
Jeje, buen humor el tuyo Rafa
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario
Un saludo
MSol