Inmersa en recuerdos y añoranzas, hoy
toca desgarrarse un poco el corazón.
Mañana amanecerá un nuevo día.
Hoy
al abrir los ojos he notado un sentimiento extraño. No estoy triste ni reboso
alegría, no deseo compañía ni quedarme sola, ni llorar ni reír, simplemente
estoy rota por dentro.
Siento
que no me reconozco, como si la luz no se hubiese hecho para mí, ni el sol ardiese
para calentarme, ni la noche para sumirme en los más desconcertantes sueños.
Solo vivo por vivir, con los sentidos dormidos, sin saber qué rumbo emprender.
A veces me canso del silencio que me sigue, no hay señales que me indiquen un
camino amigo ni un rayo que entre en mi vida.
Mas
que sola, me encuentro fuera de la realidad, con el único pensamiento de
desaparecer y asomarme a otro lugar diferente, en donde nada tenga valor
material, en donde no haya que luchar por sobrevivir, ni siquiera por respirar,
en donde no sea un mundo parecido y no sufras por no amar o por amar
intensamente, ni tengas que olvidar, ni
recordar lo que sufriste alguna vez, que las cosas sean lo que son y no lo que
aparenten.
Siento
que estoy echando marcha atrás, que estoy olvidando lo que viví, como si
retrocediese al lugar de donde vengo, a ese mundo desconocido o inexistente que
nos mata la memoria de lo vivido para volver a nacer en otro cuerpo, en otra
mente, con otras huellas y rostro diferente.
No
quiero añorar a los seres queridos ni al amor que intentó serlo. No quiero
evocaciones malas, ni las buenas que nunca volverán. Tampoco quiero llorar por
lo perdido ni por lo que pudo ser y no se hizo realidad. Solo queda cerrar los
ojos y volver a sumirme en un sueño que repare los desgarros que brotan en el
corazón.
Mañana,
al despertar, todo será diferente, las nieblas habrán desaparecido y volverá a
brillar esa luz que todos llevamos dentro. Todo es cuestión de calibrar los
sentimientos y la vida que nos quede por vivir.
Buena reflexión Conchita, estupendo relato
ResponderEliminarUn placer leerte de nuevo, muchas gracias por tu aporte literario
un abrazo
MSol
Es evidente que la vida mata, y mientras lo hace, desgarra. ¡Qué bonito sería poder vivirla tan solo con pasión animal y Fe irracional! El verdadero problema viene cuando nos cubre esa extraña niebla que nos otorga consciencia de nuestra propia existencia, entonces vemos lo efímero, intuimos que nada tiene sentido, que ordenar solo lleva al caos, y el caos, al vacío.
ResponderEliminarPrecioso texto, Conchita. ¡Enhorabuena!
Brindo por esa luz que se supone todos llevamos dentro y por unos cuantos amaneceres nuevos.
PD: ¡Qué bonito diseño, maestra MSol! Eres única escogiendo corazones.
Un saludo.
El precioso texto es el tuyo Rafael. Gracias por arrancarte aunque sean solo cuatro líneas de lo que podrías ofrecernos si te animases a deleitarnos con tus escritos. Solo conozco uno pero ha sido suficiente.
ResponderEliminarA tí también Marisol. Siempre aciertas con tu bonita aportacion. Menos mal que esta vez ha sido corto y no te ha obligado a explorar tanto. Me parece que se te van a agotar los corazones.